viernes, 14 de abril de 2017

Los "dramas" del traductor

Ya son varios años en la ciudad de Nueva York, unos cuatro. Como traductora, he descubierto hasta ahora que el inglés puede llegar a ser una lengua muy esquiva a la hora de ser traducida. Sus infinitos monosílabos (que parecen decirlo todo), su precaria utilización de conectores entre palabras, sus ambiguos modificadores de sustantivos —ante los cuales te mueves por instinto, adivinando si son "uno para todos" o "uno para algún-o"...— 

Imagino que todo esto no es algo nuevo para quienes han practicado de manera consistente (o inconsistente) la traducción. Sin embargo, para iluminar un poco a los que tal vez no estén tan familiarizados con este oficio, he de ilustrarles un poco mis dramas diarios:

1. "Infinitos monosílabos (que parecen decirlo todo)". Como traductor, más bien pocas en un día veces te cruzarás con palabras que tengan más de una sílaba en inglés. De modo que tu texto de origen está plagado de monosílabos que se extienden inevitablemente en la traducción al español. Muchas veces, estas extensiones cambian un poco el tono del texto, lo elevan en registro y “traicionan”, por tanto, (sin intención alguna, valga decir), al texto de origen. También te meterán en problemas si es que el práctico cliente de habla inglesa pretende “embutir” tus palabras castellanas —proliferantes en sílabas y caracteres— en un espacio exclusivamente diseñado para monosílabos sin gracia (o agraciados, no importa mucho).

De modo que frases como “Hiring now” se pueden convertir en extensas y complicadas líneas de definición, casi que odas a la explicación:

“Actualmente/Hoy por hoy/En la actualidad/En este momento/Ahora/etc.
contratando/buscando/empleando/contratamos/buscamos/empleamos/etc.
expertos/profesionales/personas idóneas/personas aptas/etc.”

Sin mencionar, claro, que en uno u otro contexto las ideas necesitarán más o menos explicaciones para hacer que el significado salga a la luz con la obviedad suficiente para que al público lector hispanohablante no le quede la menor duda de lo que se está hablando; ni tampoco que el orden se puede cambiar casi que a tu parecer, como si las palabras estuvieran hechas de caucho (y entonces sonríes de amor por la lengua española y el regalo de su amplia libertad).


2. “Precaria utilización de conectores”. No solamente contamos con frases, en algunos casos, insultantemente cortas y poco explicativas o confusas, sino que también nos encontramos con monosílabos conectados de forma “implícita”. Estas conexiones, dirás, se pueden deducir con facilidad en inglés en la mayoría de los casos, a lo cual te responderé afirmativamente, pero, si me preguntas, te martillan la cabeza de traductor que traes puesta y te hacen darte cuenta de que intentar algo tan temerario en español sería poco menos que un sacrilegio.

Si tuviera que referirme a un caso particular, sin duda mencionaría esa vez que se me cruzó por delante una popular expresión en inglés que dice “no rain checks”. Al parecer todos los angloparlantes (al menos todos a los que les pregunté en ese momento) saben de qué se trata, pero por alguna razón, a medias comprensible para mí, no podían explicármelo con total claridad.

La expresión viene de los boletos de compensación que los estadios en Estados Unidos suelen dar a las hinchadas de un equipo al que no pudieron ver jugar por causa de la lluvia, y podría traducirse, digamos, como “boleto de reembolso” o algo por el estilo.

Para enterarme de lo que era, incurrí en una labor investigativa importante —aunque no tan extenuante— en la que me encontré con cosas como: “cheque de lluvia” (¡increíblemente!), “boleto por lluvia”, “vale por lluvia”, “vale canjeable”, “cupón”, “cupón canjeable”, etc.

Hasta ahí, estaba todo bien. El problema fue cuando me di cuenta de que esa expresión (como todos los juegos idiomáticos) no solamente podía utilizarse en ese contexto de reembolso. Bueno, en el contexto del texto que estaba traduciendo era imposible de aplicar, por lo menos. Resulta que también te dirán “rain check” de modo interrogativo, es decir, “rain check?”, cuando quieran reivindicarse contigo por no poder asistir a un evento que habías planeado con antelación o por faltar a una promesa.

“No rain checks”, para resumir un poco mi experiencia, terminé traduciéndolo como algo parecido a “Promoción no aplicable fuera del tiempo especificado”. Algo que tenía sentido idiomático, cultural y contextual, pero no tan corto ni tan jovial como “no rain checks”. Y como habrás notado, este significado no figuraba dentro mi investigación inicial que declaré someramente en los párrafos anteriores.


3. “Ambiguos modificadores de sustantivos”. A diferencia de la frecuencia en que puedes encontrarte conectores que faciliten tu labor, te darás cuenta de que la frecuencia en la que llegan los adjetivos que afectan una o muchas palabras ambiguamente es infinitamente mayor. El inglés se presta para eso y los que lo sufren somos nosotros, sí, los transformadores del lenguaje.

Cosas como “Here, you will receive professional services, support and guidance”, pueden llegar a ser un verdadero dolor de cabeza y corazón. Déjame preguntarte, am I missing something? O no es seguro a cuál de las palabras se refiere ese adjetivo tan odiosamente puesto antes de tres sustantivos en esta oración. Sé con certeza que los servicios son profesionales, pero, ¿acaso también el “support” ( apoyo) y la “guidance” (orientación) lo son?

Bien, qué otro consejo podría darte sino que encuentres a alguien a quien preguntarle y que te sepa dar razón, o que confíes en tu instinto y tomes decisiones firmes (aunque lo hagas temblando).

“Aquí recibirá servicios profesionales, apoyo y orientación”/“Aquí recibirá servicios, apoyo y orientación profesionales”. Como traductor, ¡tienes el poder de la decisión!, un poder que, por cierto, jamás deberías desestimar.

Ante casos como estos, se lucha con la inseguridad como lucharía un caballero diminuto con un dragón inmenso, con lo que me gusta llamar “valentía vacilante”. Listo para retroceder en caso de verse bajo las llamas.

Muchos descubrimientos más he hecho en estas tierras extrañas y lejanas de Norteamérica. No se deja de extrañar el sur, pero al menos la aventura lingüística ha expandido sus horizontes y los míos, de modo que ya no es tan difícil disfrutar mi estancia extranjera e indefinida.

Saludos primaverales,

Marian.


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